20 años gestionando las aves urbanas

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¿Qué aportan las ciudades a las aves?

1.Espacios para criar

Los edificios e infraestructuras proveen multitud de cornisas, balcones, terrazas, postes e hilos eléctricos, techos y cubiertos metálicos, etc. que son asimilables a los acantilados y árboles que las aves utilizan para su descanso en lugares seguros.

Por ejemplo, las palomas buscarán rincones cobijados y seguros, mientras que las gaviotas aprovecharán las azoteas y techos poco transitados.

Los aviones comunes emplean los ángulos del techo con la fachada y las vigas, los vencejos y lavanderas los agujeros de las tejas, los gorriones y herrerillos los agujeros de los muros, techos y fachadas y las golondrinas vulgares las vigas de los cubiertos.

2.Alimento

Las plazas, parques y jardines presentan migajas y restos de comida que pueden aprovechar palomas, gorriones, tórtolas y cotorras. Los basureros que hay en las calles y parques son un buen lugar donde encontrar alimento, así como algunos contenedores mal cerrados. En las ciudades no faltan alimentadores, que son personas, a menudo mayores y que viven solas, que tienen una gran pasión para alimentar los animales de la ciudad. Estos alimentadores constituyen una fuente rica y previsible de alimento.

En los parques y jardines a menudo se plantan árboles y arbustos que producen grandes cantidades de bayas, frutos, flores y semillas que aprovechan las cotorras, palomas torcaces, tórtolas, etc. Además, en estos espacios hay una alta productividad de insectos gracias al riego, lo que atrae a herrerillos, mirlos, etc.

En la periferia de la ciudad, a menudo hay fábricas alimenticias que aportan grandes cantidades de grano y otros alimentos aprovechables por palomas, tórtolas y gaviotas. Más allá, vertederos de desechos, fábricas de piensos, campos de cultivo y puertos pesqueros proveen otras fuentes de alimento asociadas a los humanos y que animales como las gaviotas, estorninos, cuervos, cornejas, grajillas, urracas y palomas pueden aprovechar, volviendo a la ciudad para dormir o anidar.

3.Agua

Este recurso, a veces escaso en nuestros ecosistemas naturales mediterráneos, se encuentra fácilmente disponible, y durante todo el año, en las fuentes, surtidores, piscinas y estanques artificiales de los parques y jardines, y puede atraer no sólo fauna urbana sino también fauna silvestre hacia las ciudades.

4.Un espacio libre de depredadores

Una característica muy importante de las ciudades es que buena parte de los depredadores presentes en los espacios naturales no se han sabido adaptar a los ecosistemas urbanos. Esto implica que tanto la fauna urbana como la de los espacios naturales ven en las ciudades un oasis (casi) libre de depredadores, lo que también las atrae hacia estos espacios. Este factor puede resultar tanto o más importante que la disponibilidad de recursos comentada anteriormente.

5.Un clima templado

Las ciudades generan una burbuja de calor que impide que las temperaturas bajen mucho en invierno. Así, en los días más fríos del año, los más peligrosos para las aves, las ciudades pueden proveer un oasis térmico que garantice su supervivencia, especialmente durante la noche.